Barroco. Pintura Italiana. El Clasicismo.

Paisaje con la huida a Egipto. 1604. Annibale Carracci.
A principios del siglo XVII se desarrolla El Clasicismo en Bolonia; que es la capital y ciudad mas grande del Norte de la región Emilia Romana en Italia y resulto ser una corriente en pintura que se aleja del Manierismo, en busca de expresar la belleza ideal edulcorada y perfecta, en las que se enfatiza el balance, lo ecuánime y equilibrado en las escenas de las pinturas, con intención de representar una dignidad expresiva; emocional pero ecuánime y racional en la pintura, mirando más a un pasado clásico de la antigüedad en la que encuentran un legado afín a sus propósitos.
Los principios de esta corriente pictórica se contraponen al naturalismo de Caravaggio y sus seguidores de la corriente naturalista. Un grupo de pintores boloñeses entre los que se encuentran como máximos representantes:
-Guido Reni.
los hermanos: – Agostino Carracci.
– Annibale Carracci.
El primo de ambos – Ludovico Carracci.

Ludovico Carracci. Anunciación de la Virgen.
Intentaron recuperar la serenidad de espíritu del mundo grecorromano, adicionando la presencia de hermosos paisajes, tranquilos y armoniosos donde no faltan las representaciones de las ruinas antiguas, en alegoría a su homenaje y emulación de los principios de proporción, balance y equilibrio de la antigüedad clásica.
Características generales de la corriente clásica.
- Esta corriente rechaza las formas idealizadas en exceso, pero también la representación de la realidad inmediata, con sus imperfecciones agrestes y crudas.
- Pintan las cosas no como son, sino como deberían ser, buscando la belleza ideal de forma meditada y razonada.
- La iluminación que utilizan es uniforme.
- También los colores son suaves cuidando el dibujo sobre la mancha. Su dibujo es firme, con líneas y contornos muy definidos.
- Los pintores neoclásicos fueron influidos grandemente por los maestros del siglo XVI como Rafael y Miguel Ángel lo que se observa en la composición de las escenas y paleta utilizada.
- Representan paisajes equilibrados, serenos a veces con ruinas romanas .
- En estos cuadros de paisaje, aunque hay figuras humanas, lo que domina es la representación de la naturaleza muy cuidadosamente dibujada, pero idealizada.
- El hombre no es el tema principal de representación en estas pinturas.
- Algunos autores se especializan en pinturas al fresco en techos y bóvedas como sucede con Annibale Carracci en la Galería del Palacio Farnesio.
ANNIBALE CARRACCI (Bolonia, 1560-Roma, 1609)
El clasicismo apunta a recuperar el espíritu de la pintura del siglo XVI, acogiendo una alternativa que se aleja del Manierismo del siglo anterior. Las obras fundamentales de Annibale Carracci serán la pintura al fresco y también el paisaje.
Sus obras son equilibradas e influirán en otros paisajistas especialmente en los franceses. Sus pinturas reflejan la clásica proporción de las formas, serenidad, equilibrio, belleza ideal en las composiciones, en el uso del color, en el detalle de la anatomía que se representa.
El clasicismo se declara continuador de los ideales del Renacimiento siendo sus pinturas influenciadas por los grandes maestros del siglo anterior como Rafael y Miguel Ángel, poniendo atención a la representación de las formas duras y solidas. No obstante, Annibale le aporta el sentimiento teatral propio del barroco lo que se aprecia cuando trata los temas religiosos o mitológicos en los que se expresa con serenidad pero con grandiosidad al mismo tiempo.

Annibale Carracci. «La Opción de Hercules». 1596.
Son los Carracci, especialmente Annibale, los iniciadores del género de la caricatura, que implica una observación atenta de los rasgos más característicos de la personalidad humana individual. Además hay que añadirle la aplicación del color veneciano, muy rico y muy matizado, con efectos atmosféricos. Por ello a veces su pintura ha sido catalogada como ECLÉCTICA aunque llego a crear su propio estilo.
Annibale se unió a una academia a principios de los años 1580, que fundo su hermano mayor Agostino Carracci; junto con el primo de ambos, Ludovico Carracci. Ellos abrieron la academia de pintores de Desiderosi que posteriormente se llamó la Academia de los Incamminati (progresistas) y finalmente la «Escuela de los Eclécticos», con la intención de formar a pintores en esta corriente clasicista que se extendió y llego a incluir también aspectos literarios y humanísticos para que tuviesen los estudiantes una educación completa. Entre sus seguidores más prominentes están:
– Domínico Zampieri, conocido como Domenichino . (1581-1641)
– Guido Reni (1575-1642).
– Francesco Albani (1578- 1660).
– Giovanni Lanfranco (1582- 1647).
Viajes a Parma y a Venecia le familiarizaron con las obras de los pintores Antonio Alegri de Correggio y Tiziano; que ejercerán una gran influencia sobre él. A este periodo corresponden las obras “Venus, Adonis y Cupido” así como también “Asunción de la Virgen”.

detalle de Venus, Adonis y Cupido. Annibale Carracci. 1580. Museo del Prado.
Guido Reni (1575-1642).
Fue un pintor del estilo barroco de la corriente del neoclásico que utilizo excelente colorido y un perfecto dibujo. Sus pinturas mezclan las influencias de la escuela romana del renacimiento junto con el colorido de la escuela veneciana, pero tuvo influencias también de Caravaggio, de los Carracci e incluso de los fresquistas. Aunque trabaja los temas religiosos, son los temas mitológicos donde denota sus especiales cualidades con un excelente dibujo, delicado en las formas y con una elegancia y colorido que pueden resultar un poco fríos y calculados.

Bacchus y Ariadne. Guido Reni. 1616-1620.
Reni evolucionó a un estilo que expresaba barroca exuberancia y complejidad con moderación clásica. Tales composiciones como «Hipomenes y Atalanta» (1625) muestran su preferencia por figuras elegantemente presentadas que reflejan ideales antiguos. Él se concentro hacia una armonía clásica en que la realidad se presenta en proporciones idealizadas. Realizo numerosos frescos en las capillas para varios clientes. Entre estas obras esta el célebre fresco «Aurora» (1613-14).
El estado de ánimo de sus pinturas es tranquilo y sereno, como son la suavidad estudiada de color y forma. Sus composiciones religiosas le hicieron uno de los pintores más famosos de su época en Europa y un modelo para otros artistas del barroco italiano. Al final de su carrera, Reni empleó tonos más ligeros, suaves colores y pincelada mas libre.

Guido Reni. San José y el niño Jesús, 1640